Resumen
Objetivo de la revisión: El objetivo de esta revisión es analizar la evolución reciente de la anestesia pediátrica, que ha evolucionado de forma ondulante.
Hallazgos recientes: Se reevalúa el papel y la eficacia de la premedicación farmacológica. Las propiedades ansiolíticas y sedantes del midazolam y los agonistas α2 se han definido ahora con mayor precisión. Ambas clases de fármacos tienen su perfil único, y no hay razón para condenar a uno u otro. El midazolam es un excelente ansiolítico, mientras que la dexmedetomidina es superior en el postoperatorio y para la sedación durante el diagnóstico por imagen.A menudo se considera que una técnica intravenosa total con propofol es el estándar para la prevención de la agitación emergente; pero existen alternativas, como la automedicación con dexmedetomidina u opiáceos. En la realidad clínica, a menudo puede ser aconsejable un enfoque multimodal.La base teórica para la dosificación del propofol se ha adaptado recientemente. En contraste con creencias anteriores, la semivida sensible al contexto del propofol parece ser bastante corta más allá del primer año de vida.
Resumen: El midazolam y la dexmedetomidina no son intercambiables; cada compuesto tiene sus pros y sus contras. Como ansiolítico, el midazolam merece indiscutiblemente su lugar, mientras que la dexmedetomidina es un mejor sedante y particularmente beneficioso en el postoperatorio. Nuevos datos permitirán una dosificación más precisa del propofol adaptada a la edad.
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